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"Debemos decir claramente que no estamos donde deberíamos", afirmó enfadado el alemán Schumacher. |
Melbourne.(dpa) - Michael Schumacher no tuvo hoy el inicio soñado: pese a que espera en 2011 luchar en cabeza de la parrilla tras un año de transición, mañana saldrá desde una lejana undécima plaza en el Gran Premio de Fórmula 1 de Australia.
"Debemos decir claramente que no estamos donde deberíamos", afirmó enfadado el alemán Schumacher, heptacampeón del mundo y que con su Mercedes había logrado el mejor tiempo de la pretemporada. Hoy no pudo repetirlo y volvió a ser superado por su compañero y compatriota, Nico Rosberg, que partirá mañana desde la séptima plaza. "Esperaba más", dijo sincero el piloto de 42 años, que en 2010 nunca fue protagonista. "No alcanza con pensar en los puestos de arriba. No sabemos aún cuál ha sido el problema", agregó.
Más allá de la estrategia que idee para mañana Mercedes, el "Kaiser" no está satisfecho con el coche: "La velocidad no es para que podamos ser demasiado optimistas y pensar que recuperaremos muchos puestos". Schumacher espera verse favorecido en carrera de las "tres o cuatro paradas" en boxes que prevé que haya con los nuevos neumáticos Pirelli, que debutan mañana en carrera.
El alemán estaba doblemente decepcionado: por el mal rendimiento de su coche y por el bueno de Red Bull, al que su compatriota Sebastian Vettel hizo volar hacia la "pole position". "Red Bull ha mostrado su potencial real, pero Melbourne no es un circuito representantivo en el que se pueda ver la distancia real. Nosotros no hemos sacado lo máximo del coche", analizó.
Sobre el tiempo marcado por Vettel, más de siete décimas mejor que el del segundo, el del inglés Lewis Hamilton, dijo: "Es una llamada de atención para todos. En la Fórmula 1 es una gran diferencia". El mejor puesto que logró Schumacher en 2010, el año de su regreso tras tres retirado, fue el cuarto.
En 2011 espera luchar por el podio y por los triunfos para en 2012, cuando acaba contrato, poder pelear por el título. El plan sufrió hoy un revés inesperado que puede aún ser solucionado mañana.
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