Según el Pocho no quiso cortar cabezas, sin embargo hubo razones de peso para no despedir al poeta.Aunque el discurso del presidente Alfonso Harb apele a que cortar cabezas no era la solución para la crisis que afronta Barcelona, lo cierto es que hasta anoche estaba decidida la salida de Rubén Darío Insúa, y que la primera opción para reemplazarlo era Julio César Rosero (nótese que fue el único nombre que no negó el Pocho haberse comunicado), pero hubieron factores claves que favorecieron la permanencia del entrenador argentino.
- La indemnización del poeta le costaba $ 400.000 dólares a Barcelona, más una deuda de meses atrás, cifra que no está al alcance del club en estos momentos.
- Insúa aceptó entrenar por las mañanas para aumentar las cargas de trabajo, y no solo por la tarde como acostumbra.
- También aceptó cambiar el esquema a línea de cuatro para comprobar si mejora el desempeño de la defensa.
- La dirigencia no pudo llegar a un arreglo con la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por el estratega Julio César Rosero, quien además prefirió el Mundial de Colombia con la selección Sub 20.
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